¿Barrios Mejorados?
Programas participativos de mejoramiento integral para asentamientos informales en Latinoamérica
Se sabe que más de 1.600 millones de personas, es decir, aproximadamente el 20% de la población mundial, habitan viviendas inadecuadas, de las cuales 1.000 millones residen en asentamientos informales (UN-Hábitat, 2022). Teniendo en cuenta que el futuro será cada vez más urbano, esta cifra podría aumentar en los próximos años. Los asentamientos de origen informal tienen en común problemas relacionados a: falta de acceso a servicios básicos, hacinamiento, infraestructura deficiente, falta de seguridad de la tenencia, inseguridad de las viviendas, entre otros. Debido a la importancia del tejido social en los asentamientos y por un adecuado uso de recursos públicos, la regeneración urbana participativa es una manera eficiente de mejoramiento de este tipo de barrios.
Este artículo es una primera aproximación a la investigación que venimos desarrollando, titulada “¿Barrios Mejorados? Programas participativos de mejoramiento integral para asentamientos informales en Latinoamérica”. Esta ha sido financiada con el apoyo de Prociencia, así como la beca RIBA Norman Foster Travelling Scholarship. El objetivo de la investigación es realizar un análisis comparativo de la sostenibilidad y el impacto de los programas integrales de mejora urbana, lo que permitirá obtener lecciones aprendidas e informar a los futuros proyectos de regeneración de los asentamientos informales en la región y en el mundo.
Los casos de estudio fueron seleccionados según su impacto social, tamaño del proyecto, población beneficiada y acceso a la información. El financiamiento permitió realizar viajes a los casos seleccionados, por lo que como parte de la metodología se incluye información de fuentes primarias como entrevistas a profundidad con actores clave. Esta se complementa con un estudio a profundidad de fuentes secundarias. Una vez recopilada la información, se realiza un análisis comparativo mediante una matriz de evaluación de sostenibilidad. Las conclusiones de este análisis se darán como recomendaciones para futuros programas de mejoramiento integral en Latinoamérica basados en criterios de sostenibilidad.
Los casos de estudio seleccionados para la investigación son 5: Moravia en Medellín (Colombia), Miravalle en Ciudad de México (México), Villa 20 en Buenos Aires (Argentina), Los Volcanes en Santiago de Chile (Chile) y Kenani Pata en La Paz (Bolivia). A continuación se describen los casos y se presentan los primeros hallazgos respecto a cada uno de acuerdo a lo observado.
Casos de estudio
El primer caso de estudio se ubica en Colombia, en la ciudad de Medellín, donde se analiza el barrio de Moravia. Este fue intervenido el año 2006 a partir del Macroproyecto de Mejoramiento Integral de Moravia desarrollado por la Alcaldía de Medellín.
En el ámbito social, la organización comunitaria ha sido un factor clave para el desarrollo del territorio, incluso antes del macroproyecto, al haberse desarrollado a partir de urbanismo participativo, los comités permitieron organizar a la ciudadanía y el barrio. A partir del programa se mejoró la cohesión social al generar espacios comunitarios y de encuentro, como el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia: espacio activo gestionado por la Alcaldía y los líderes comunitarios de Moravia, donde personas de todas las edades encuentran diferentes actividades dentro del barrio, e incluso se invita a los otros barrios a hacer uso de este.
Sin embargo, el proyecto más destacado de Moravia es el jardín urbano e invernadero construidos sobre un antiguo vertedero de basura (Imagen 1). En el año 2020, debido a la ausencia de mantenimiento y supervisión por parte de la Alcaldía, este espacio sufrió la invasión de migrantes en busca de refugio durante la pandemia, lo que conllevó un notorio deterioro del jardín, el entorno paisajístico y el invernadero de Moravia.
El segundo caso de estudio se sitúa en la Ciudad de México, en el Barrio de Miravalle, ubicado en la periferia de la ciudad. Miravalle se benefició del Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial (PCMB) desde 2007 hasta 2012. Este barrio cuenta con un gran precedente de organización comunitaria, inculcada a lo largo de generaciones, ya que desde temprana edad se enseña a los residentes a cuidar y mejorar su entorno en respuesta a diversas necesidades compartidas. Fue este fuerte sentido de comunidad y compromiso lo que los llevó a presentarse como candidatos al PCMB en 2007, ganando el financiamiento necesario para llevar a cabo un proceso de mejora integral del barrio.
A lo largo de los años, se ha implementado infraestructura de carácter cultural y educativo dentro del barrio. Entre estos se destacan el Centro Cultural Juvenil Calmécac, una biblioteca pública, un comedor comunitario, aulas de usos múltiples, plazas públicas, un foro al aire libre y un quiosco que alberga un espacio cultural (Imagen 2). Estos espacios se mantienen en funcionamiento gracias a la eficaz gestión de los líderes comunitarios, quienes distribuyen las responsabilidades de manera que cada individuo contribuya a mantener las actividades y la infraestructura de cada instalación en óptimas condiciones.
En lo que respecta al ámbito económico, la junta vecinal garantizó el desarrollo de talleres de oficios en los centros comunitarios con el fin de generar empleo y proporcionar oportunidades laborales a los miembros de la comunidad para el desarrollo de futuros proyectos de infraestructura urbana en el barrio. Esto ha contribuido a fortalecer el vínculo entre los residentes y su barrio, generando un arraigo y un sentido de pertenencia más profundo.
El tercer caso de estudio se ubica en Argentina, en la ciudad de Buenos Aires, en la Villa 20, donde se desarrolló el programa de mejoramiento de barrios (PROMEBA). A diferencia de otros barrios, este no nace a partir de la invasión del territorio, sino de un conjunto habitacional con bajas condiciones de habitabilidad dada por un partido político con el fin de erradicar las villas. Según el diagnóstico realizado por el equipo ejecutivo, la Villa 20 se caracterizaba por ser un barrio compacto con calles estrechas y deficientes condiciones de salubridad, en términos de iluminación y ventilación. Además, carecía de espacios públicos y no contaba con servicios de alcantarillado. La principal intervención fue la microcirugía urbana, donde se abrieron calles para mejorar la salubridad y las conexiones barriales entre manzanas, para ello se realizó un proceso de mudanza en un nuevo complejo residencial dentro de Villa 20 para aquellas viviendas que se tenían que demoler para abrir las calles.
En cuanto a los ejes de sostenibilidad, se realizaron intervenciones urbanas como la creación de infraestructura educativa, hospitalaria, recreativa y residencial. En cuanto a lo habitacional, se construyeron viviendas nuevas y se mejoraron las existentes; además de mejorar la calidad de ventilación e iluminación, creación de patio-pulmones en manzanas donde abrir la calle no era factible. Por último, en el aspecto social y económico, se estableció un espacio para un centro comunitario y se fomentó el desarrollo de emprendimientos locales, apoyando a los negocios existentes en la zona.
El cuarto caso de estudio se encuentra en Santiago de Chile, en el barrio Los Volcanes, que fue beneficiado por el programa "Quiero mi Barrio" del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile. El programa Inició en el 2006 y culminó la primera etapa en 2010; sin embargo hasta el día de hoy tiene continuidad. El barrio Los Volcanes fue intervenido desde el 2012 hasta el 2016, donde se promovió la creación de comités de barrio: un espacio en el cual los vecinos podían expresar sus necesidades y propuestas, y trabajar en conjunto con el equipo técnico del programa. Las intervenciones fueron ambientales, culturales y económicas; donde en el ámbito ambiental se realizó mejora de espacios públicos y arborización de parques. En el ámbito cultural, se implementaron programas culturales en un centro comunitario multifuncional que se mejoró como parte del proyecto. Estos programas incluyeron talleres recreativos dirigidos a niños, adultos y adultos mayores, lo que enriqueció la vida cultural y social de la comunidad. Además, se ofrecieron talleres de capacitación para trabajos menores, lo que no solo contribuyó a la formación de habilidades, sino que también mejoró los indicadores económicos de la población, permitiéndoles desarrollar emprendimientos y mejorar su calidad de vida.
El quinto caso de estudio se sitúa en La Paz, Bolivia, donde se desarrolló el programa “Barrios de Verdad” por parte del Gobierno Municipal de La Paz y el Banco Interamericano de Desarrollo. El Barrio de Kenani Pata fue beneficiado por el programa entre los años 2005 y 2006, donde se desarrolló intervenciones urbanas, ambientales y culturales; en cuanto a lo urbano, se pavimentaron las vías vehiculares, se empedraron las vías peatonales, y se ejecutaron graderías que contemplaban jardínes y huertos urbanos para garantizar la accesibilidad a las viviendas. Además, se construyó la casa comunal, un campo deportivo, módulos sanitarios ante la falta de baños en las viviendas. En cuanto a lo ambiental, se gestionó un plan de recojo de los residuos domiciliarios y se concientizó a los niños y adultos en cuanto al cuidado de los huertos. En cuanto a lo cultural, se trabajó en la regularización de la seguridad de la tenencia de propiedades, se promovió la participación comunitaria a través de talleres y ferias para mejorar las condiciones del barrio, y se fortaleció la creación de la junta vecinal. El programa se llevó a cabo con el compromiso de los residentes de asumir la responsabilidad del cuidado y mantenimiento de las obras realizadas.
Sin embargo, a 17 años de estas intervenciones, se ha observado que el centro comunitario se encuentra en desuso debido a la falta de cohesión vecinal. Los huertos urbanos en las graderías han quedado sin cuidado, y aún no se ha logrado la implementación de la infraestructura educativa y hospitalaria necesaria. Este hecho resalta la importancia de un mantenimiento constante para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del proyecto y la necesidad de mantener el compromiso de la comunidad en el cuidado y gestión de estas mejoras.
Primeras conclusiones
El trabajo de campo permitió obtener información de primera mano sobre la sostenibilidad de los casos de estudio, con lo que se encuentran los primeros resultados del análisis comparativo. Desde el análisis de la sostenibilidad social, se observa que la participación activa de las comunidades en cada etapa del proyecto es esencial para el éxito de este. Es importante generar una relación de confianza entre los representantes de las instituciones públicas encargadas del proyecto y sus futuros usuarios para que esta participación pueda ser fructífera e incluyente. Es recomendable además incluir a los ciudadanos en la gestión y mantenimiento de los espacios comunitarios generados en el proyecto, pues esto asegura su funcionamiento a largo plazo.
En el aspecto económico, se observa que es fundamental la generación de trabajo remunerado y formal dentro del mismo asentamiento, tanto durante el desarrollo de infraestructura (obra) como en el mantenimiento o gestión de los espacios construidos durante el programa. Esto genera un impacto positivo directo en entornos donde suele predominar el empleo informal o subempleo. Además de esto, los talleres de capacitación fueron exitosos tanto en el aspecto de generar nuevas oportunidades de trabajo o emprendimientos así como en el mejoramiento de la cohesión social comunitaria.
Si bien la sostenibilidad ambiental no suele ser priorizada en la mayoría de los programas estudiados, su implementación trae beneficios como el mejoramiento de espacios públicos (jardines, plazas, huertos comunitarios) y el aprovechamiento de recursos a través del reciclaje y reúso. Considerando que los asentamientos informales suelen ubicarse en zonas periféricas de la ciudad, y por la manera en que se construyen, estrategias como la arborización y generación de huertos urbanos son útiles para cerrar brechas respecto a las áreas verdes por persona. En una realidad donde el cambio climático ya se encuentra en curso, y las personas más afectadas serán las de menos recursos, es esencial considerar la sostenibilidad ambiental en los programas de mejoramiento de barrios.
Estos son algunos de los primeros hallazgos del trabajo de campo, pero cabe resaltar que esta es una investigación que sigue en curso. El análisis comparativo que se encuentra en desarrollo se basa en variables e indicadores que permiten medir las dimensiones de la sostenibilidad de manera equitativa entre los diferentes casos. A partir de esto se generarán lineamientos y recomendaciones para futuros programas participativos de mejoramiento de barrios en la Latinoamérica enfocados en la sostenibilidad. Consideramos que este tipo de programas debe ser una prioridad para el futuro de nuestras ciudades, comprendiendo las potencialidades y complejidades de los asentamientos informales, tan usualmente estigmatizados por el resto de ciudadanos.
Queremos agradecer especialmente a todas las personas y líderes comunitarios que nos brindaron su tiempo para realizar entrevistas y conocer la historia de transformación de sus respectivos barrios. Agradecemos a Prociencia, al Royal Institute of British Architects (RIBA) y a la Fundación Norman Foster por el financiamiento brindado para la investigación. Además, agradecemos especialmente a Alejandra Acevedo de los Ríos y a Julian Jones Perez por la mentoría y tiempo dedicado.
Artículo escrito por Martha Pomasonco Alvis
Bachiller de Arquitectura por la Universidad de Lima, y ganadora de la beca RIBA Norman Foster 2023. Actualmente, se desempeña como asistente de investigación en el TraceLab de la Universidad de McGill. Ha desarrollado investigaciones científicas en las áreas de desarrollo urbano en asentamientos informales, y economía circular en la construcción.
Artículo escrito por Jaione Aramburu Stuart
Bachiller de Arquitectura por la Universidad de Lima. Participó en proyectos de investigación en vivienda temporal de emergencia, regeneración urbana en asentamientos informales y economía circular en la construcción. Actualmente estudia la maestría de Architecture and Urban Design en el Politecnico di Milano.